Durante miles de años se han utilizado las gemas con fines curativos.
Ellas en su formación han sido recogedoras causales de los hechos ocurridos en la tierra, por lo que su vibración se traduce en la sabiduría de la experiencia.
Cuando vemos una piedra que nos llame la atención, debemos colocarla en la palma de nuestra mano y sentir como ella se comunica con nosotros. Es posible que esa gema desee estar en contacto durante sólo unos minutos o bien durante años. Se podría decir que ellas deciden el tiempo que tienen que depositar en nuestro ser sus cualidades, por lo que hablar de gemas especiales para el horóscopo, chakras o demás no considero que sea el término más adecuado.
Cualquier piedra que te elija tiene algo que darte.
Sus formas también son trasformadoras del espacio en el que se encuentren, ya que dependiendo de éstas canalizará la energía de manera diferente.
Hay que recordar que la mayoría de las gemas recogen la vibración de su alrededor, por lo que se deben limpiar con amor antes de ser utilizadas. El método más usado suele ser introducirlas en agua con sal, esto se debe hacer con especial cuidado pues la sal en exceso puede borrar parte de la memoria ancestral de la piedra.
Os iré hablando más detenidamente sobre ellas y cómo utilizarlas.